Fueron aproximadamente seis horas las que estuvo abajo el conglomerado de redes sociales que conforman Facebook, Instagram y WhatsApp, tiempo suficiente para que sintiéramos por ausencia el gran poder que tiene el imperio formado por Zuckerberg.

Durante esas horas tuvimos que volver a hablar para comunicarnos, una costumbre antigua prácticamente hoy en desuso. Si me permiten un paréntesis personal, no logro acostumbrarme a que mis hijos digan que llamaron a alguien cuando se limitaron a enviar un whatsapp que por supuesto no ha tenido respuesta. Cosas de señor antiguo que soy.

Ante tamaña desgracia, por suerte Twitter seguía funcionando, por lo que el que se ha transformado en el muro de los reclamos, quejas y frustraciones a nivel global cumplió a la perfección su rol. Pudimos postear cuánto detestábamos a Facebook y a renglón siguiente cuánto lo necesitábamos para poder seguir con nuestras vidas adelante. No nos vengan a pedir coherencia, la coherencia no es lo nuestro.

La revista internacional Latin Finance, que cubre economía y finanzas para América Latina y el Caribe, premió al presidente del Banco Central Mario Marcel como el Gobernador del año. Más allá del feo anglicismo, sin duda, es un gran honor para el país y sus instituciones el reconocimiento a un distinguido economista que por años ha dado muestras de conocimiento, prudencia y sobriedad que lo enaltecen.

El silencio del Partido Socialista frente al reconocimiento a su militante es muy decidor de los tiempos que corren. Recientemente Marcel había sido maltratado en el Congreso solo por cumplir el rol de advertir que las políticas impulsadas por los parlamentarios estaban causando serias presiones inflacionarias que perjudicarían a los más pobres.

Alaraco es uno de los epítetos más suaves con los que nuestros honorables diputados tapizaron a Mario Marcel.

Lamentablemente, la realidad no se esconde mucho rato y nos hemos desayunado con una inflación de 1,2% para el mes de septiembre sorprendiendo al mercado en forma mayúscula y acumulando un total anualizado de 5,3%. Para dimensionar, el IPC de septiembre es el segundo más alto mensual en 20 años.

El deterioro de la economía chilena está a la vista, cunde la preocupación en los distintos agentes económicos y mientras tanto los senadores de oposición que previamente habían señalado que estaban en contra del cuarto retiro se declaran en reflexión.

¿En reflexión de qué, se pregunta uno? La información no puede ser más clara y evidente, no hay un economista de cierto prestigio que no señale que seguir recalentando a la economía con más recursos solo causa daño. Eso sin entrar a considerar el mamarracho de la indicación sobre rentas vitalicias con el consiguiente descalabro en la industria de los seguros.

La tecnocracia no tiene espacio alguno en la discusión pública, y el terraplanismo financiero se pasea orondo por los pasillos de la república. Por supuesto, al mismo tiempo ponemos los ojos en blanco y nos quejamos de los efectos de la inflación. Como dijo hace poco un sabio columnista, por favor, no nos vengan a pedir coherencia.